En el mundo organizacional y en especial en el área de recursos humanos existen muchas etiquetas sociales con un enfoque discriminatorio, donde si eres bajito, muy alto, moreno, trigueño, flaco o gordo en fin miles de etiquetas se nos ponen por una descripción corporal que nos hace únicos, nadie puede pelear con la naturaleza de nuestro ser.
Claramente, hay cosas que podemos hacer para sentirnos mejor
con nosotros mismos, pero existe una delgada línea entre que tomamos la
decisión por nuestra cuenta o porque la estamos tomando con base en las
preferencias de otros para ser aceptados en un cargo.
En esta nueva entrada del blog daremos un importante opinión
de concientización sobre el peligro de las etiquetas sociales en el mundo
laboral dirigiéndonos hacia un sector de la población que en estos momentos
está siendo y ha sido muy golpeada por argumentos sin peso como son los
jóvenes.
El círculo sin sentido del: Necesitas experiencia para entrar, pero necesito que me den la experiencia para demostrarles.
Así es, te la pasas horas y horas buscando ofertas, muchas de
ellas cargadas de unas descripciones sin sentido, en donde te piden 3 años de
experiencia siendo tu un estudiante de últimos semestres, puedes que si tengas
experiencia, pero no es acorde al cargo o en el peor de los casos para recién
egresados te piden 5 años de experiencia con posgrado realizado por un salario
misero.
Todo esto parece confirmar que estamos ante una “lógica” sin
sentido y también ante la discriminación de ser joven por patrones conductuales
que algunos y por tendencia generalizan, de que todos los jóvenes queremos las
cosas fáciles, regaladas y que somos unos perezosos.
Por lo que se refiere esto tiene una explicación, desde el
punto aquí mencionado psicológico, como ¿Por qué tenemos esa fuerte tendencia a
generalizar y etiquetar por unos cuantos? En psicología cognitiva y social se
le llama sesgo de representatividad.
A nadie le gusta que lo etiqueten
Los seres humanos estamos sometidos a muchos estímulos e
información, por eso a veces se resulta imposible manejar tantas ideas a la vez.
Este sesgo cognitivo inicialmente nos sirve porque nos permite reducir y
codificar la información necesaria.
Este tipo de sesgo tiene una gran relación a categorizar
socialmente por eso se conecta con las etiquetas sociales no obstante cuando
conocemos a una persona tendemos a clasificar en un grupo en función de lo que
coincidan sus características principales.
A causa de este sesgo existen 4 errores principales en donde
demuestra como seres humanos tendemos hacer algo duros con ciertos grupos
poblaciones en este caso los jóvenes y sus primeros empleos, vamos a conocer en
que consisten estos cuatro errores para entender mejor el origen de esta
disyuntiva.
Los 4 jinetes antiprogresistas
Le llamamos así porque estos errores son los que no nos
permiten avanzar y que se pueden tratar con una gran dosis de apertura y
comprensión del entorno, algo que tenemos todos a la mano, empecemos por el
error número uno.
Insensibilidad al tamaño de la muestra: en
otras palabras, quiere decir que se tiende a juzgar a un individuo por patrones
conductuales o de pensamiento y que posiblemente así se mostrara en otras
proporciones, un ejemplo para clarificar.
"Teniendo el tema central, eres un joven de 23 años que
termino su carrera, está buscando empleo, has escuchado por bocas de otros que
no contratan a gente joven porque, por un lado, está el tema presupuestal y en
ello está la capacitación, cada proceso de selección cuesta dinero".
"La impaciencia trae consigo que enseñarle a un joven es
perdida de tiempo, ellos no escuchan, son flojos todo lo quieren “masticado” ya
quieren ser los gerentes y dueños de esta empresa etc.".
Si notaste en el ejemplo anterior, esto si le ha pasado a
personas que hacen parte del área de rr.hh con un individuo o un grupo y por
ende tienden a generalizar esa muestra y etiquetan a todos de que somos perezosos,
pretensiosos y desinteresados como otros calificativos más.
Insensibilidad a las probabilidades previas: Es
la tendencia a encasillar alguien o algo sin tener en cuenta las cuestiones
anteriores, volviendo al ejemplo anterior en donde capacitar a un joven o grupo
de jóvenes es una odisea que enseñarles es una perdida de tiempo, si vemos no
todos somos flojos, desinteresados o prepotentes.
Haya a fuera hay gente joven que quiere aportar sus
conocimientos y sus habilidades en pro de esa empresa que le gusto, no todos
queremos mandar sin tener experiencia y dos somos conscientes que aunque no
tengamos experiencia hay algo que nos caracteriza, es la capacidad de adaptación y actitud proactiva.
Este un tema de ambas partes tanto empleado como empleador
deben dejar el miedo atrás y tomar riesgos inteligentes ósea contratar,
confiar y capacitar.
Falacia de conjugación: Este error nos dice
que existe la probabilidad de que dos sucesos ocurran a la vez que aparezcan
por separado, en otras palabras nuestro cerebro busca economizar información,
datos y patrones.
Entonces si tú ves una persona joven desde su aspecto,
liderando una área, pensaras muy comúnmente, tú dirás, esa chica o ese chico
está allí por palanca en ese cargo tan importante, sin embargo, nunca pensaremos
que llego allí fue por mérito, esfuerzo y que supo llegar a ocuparlo.
Datos aislados, pero tendemos a juzgar en conjunto por
características personales representativas.
Insensibilidad a la regresión media: Este
error consiste en que por lo general los eventos que se sitúan en extremos
suelen mejorar o empeorar volviendo a la media. Para ilustrar mejor este error
es que un grupo de estudiantes saca muy buenas notas y el otro saca notas muy
malas.
Que opinara el profesor que si les pongo mayor carga a este
grupo es decir el de malas calificaciones mejorara y el grupo con buenas notas
les disminuyo su carga no pasara nada. Pues es un fallo por representar que
mayor carga se comprometerán más y que los otros seguirán igual por ellos “son
pilos y disciplinados”.
Pero sucede y acontece que en la mayoría de casos esto falla
esa regresión a la media solo es una ilusión porque hay muchas variables como
el tipo de educación, el tipo de aprendizaje de los estudiantes, el estigma y
el temor.
Conforme a estos errores mencionados, es allí donde radica
el mal de no te contrato porque me da miedo, dos capacitar alguien es doble
carga y tres la empresa quiere alguien que nos ahorre esos dolores de cabeza.
Vale aclara que todo esto está sujeto a cada política y
cultura empresarial aunque también muy influenciado por las creencias que
conforman al personal y que transmiten esto a sus jefes.
El peligro de las etiquetas
Como venimos mencionando a lo largo de este artículo, las
etiquetas sociales que reciben los jóvenes por carecer de experiencia son
peyorativas como lo menciona este medio las2orillas escrito por juan Carlos
Camacho y por ser así no es que sean ofensivas y violentas, pero afectan en
gran medida con la autoestima, siembra más duda e incertidumbre y por ende
rabia hacia un sueño que se vuelve pesadilla.
“Hay una discriminación solapada por edad, experiencia y,
poco a poco, hasta por el simple hecho de no ser bilingüe. Es increíble, pero
hasta para trabajar en una empresa privada en nuestra folclórica Latinoamérica
se necesita tener “palanca” o “conocidos” para conseguir un empleo”.
“Así mismo, hay personas que han adquirido una serie de
conocimientos de manera no formal y que por no contar con un certificado
laboral o un título universitario tampoco son objeto de atención por los head
Hunter. Y, por supuesto, están los jóvenes que terminan estudios formales a
quienes les hacen el feo por no contar con cinco años de experiencia o un
título de posgrado”.
“Y tal vez me arriesgue, pero en una cultura de la
apariencia en muchas empresas también vale el atractivo físico, además de la
edad.”
Como vemos a nadie le gusta que lo encasillen y más a la
hora de ser útil, que tiene las ganas y los conocimientos base para poder
aportar a una sociedad y que te discriminen porque si, porque así lo dice una
persona que se place dictar un manual de funciones y cargos a su antojo, o porque así lo hace la media.
Este sesgo nos provee de juicios apresurados cuando tenemos
poca información y nos dejamos influenciar de los demás porque así es y no
cuestionamos en absolutamente nada este sistema.
Indiscutiblemente, aquí el principal fallo radica en el
sistema laboral y en la educación dada en colegios y universidades, claramente
se nos educa para trabajar y pagar deudas y en las universidades por cumplir la
meta anual de graduar por millones a jóvenes que quedan en el mar del
desempleo.
Considerando lo anterior, esto tiene una solución ahora hay
empresas que llegan al país y otros propios que también quieren aportar un
cambio desde sus emprendimientos u empresas en dar esos tips para sobresalir y
tener ese primer empleo.
Para dar solución a este problema ya se está trabajando aunque no olvidemos que también en nosotros debemos poner el grano de arena en demostrarnos a nosotros
mismos de que estamos hechos y confiar en nosotros, como en esas empresas que realizan programas
trainner y como aquí no se habla de empresas fantasmas, tenemos el ejemplo de Ecopetrol,
Bavaria, quala, pekau, sena y entre otras que se están animando a desprenderse
de ese sesgo que discrimina a una población que no debe ser estigmatizada por
unos cuantos.
Referencias
Camacho. J (2020). La preocupante discriminación laboral en Colombia. Recuperado de:https://www.las2orillas.co/la-preocupante-discriminacion-laboral-en-colombia/
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