¿Por que es un arma de doble filo el etiquetar a las personas?

Cuando señalamos alguna persona por su color de piel, modo de vestir, modo de pensar y actuar así mismo su fisionomía, caemos ante el fenómeno del prejuicio y aún más en terrenos menos pensados como es en el caso de personas tímidas.

Es un delito y en algunas ocasiones severamente castigada la persona que no desea o se le dificulta socializar,  conoce en este articulo el porque las etiquetas son un peligro.

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La teoría del etiquetado surge a partir de Howard Saul Becker, sociólogo estadounidense, heredero de la Escuela de Chicago y el interaccionismo simbólico, ha soportado sus teorías alrededor de la desviación. Según sus investigaciones sobre los grupos sociales y sus interacciones, la desviación de la norma social no es una condición inherente a una persona, es más bien la identificación de esta por parte de una colectividad que profesa ciertas normas acordes a la “convivencia social”.

La convivencia social como eje central en donde se premia a dichas personas sociables y excesivamente extrovertidas que merecen todo el reconocimiento de los demás y, por otro lado, está los que nos somos tan sociables al momento de contar con grandes interacciones.

En la nueva entrada de hoy quiero concientizarte sobre la raíz de dichas conductas que hemos naturalizado, sin embargo, no medimos el impacto de las consecuencias y aún más en las secuelas que quedan en aquellas personas que por el simple hecho de no querer relacionarse han sido estigmatizadas de maneras crueles.

El ser parte de una sociedad no nos permite relacionarnos y ser diferentes como es el deber ser, en la mayoria de los casos el peor castigo es la indiferencia,  dale a la imagen y lee para conocer la solucion a este flagelo

El papel de los estereotipos

El papel que juega aquí este elemento es importante, ya que estamos frente a la ruptura de una norma establecida socialmente y que cuando esta se ve rota, se castiga severamente.

En este caso, como son las personas que reconocemos nuestra timidez o introversión, rasgos que socialmente han sido sujetos de discriminación y estereotipos sin una lógica razonable; de pronto has escuchado o presenciado en entornos escolares el acoso que reciben algunos niños(as) sin embargo, se apartan del grupo.

Como por ejemplo, ¿por qué eres tan callado?, seguramente nadie lo quiere y por eso se aleja o miren haya va silencios o la rarita(o) del salón. connotaciones estereotipadas raíz de una sociedad carente de valores de igual forma de empatía por alguien de su misma especie.

El estigma de la etiqueta: su origen 

Porque etiquetar es considerado una entrada al mundo del prejuicio, bueno esto surge, ya que somos parte de una sociedad y al ser parte de ella, existen reglas donde su función principal es tener un orden para una convivencia sana.

Lo que sucede aquí como sociedad es que extralimitamos esas reglas y rayamos con el prejuicio de que si eres excesivamente callado, no serás admitido por el grupo.
Un grupo que se caracteriza por ser extrovertido y contar con muchos amigos, es ahí donde decimos el chico(a) popular de la escuela y de otros entornos.

De ahí es que surge el estigma, de la misma sociedad que nos a parta de la interacción con otros, somos fácilmente influenciados por la colectividad, es que a nadie le gusta ser rechazado así, nos castigamos por no cumplir con cabalidad lo que digan los otros.

Por añadidura según el sociólogo Erving Goffman (1922-1982), al estigmatizar a alguien se activan algunos efectos sociales, como el aislamiento social impulsado por un grupo que se identifica con el rechazo hacia el desviado (estigmatizado). La consecuencia sería que este, al recibir señalamientos limitantes, terminará por creérselos, asumiendo el rol que los estigmatizadores le señalaron. Es como si estos fueran profetas del papel final que desempeñará el “desviado”.

¿Qué podemos hacer frente a esta manifestación?

Vimos como pasamos de respetar las reglas, al ser sujetos de una representación social no obstante desde la parte psicológica entramos en el prejuicio de encasillar a personas por no ser socialmente “normales” 

La solución que te doy es el sentido crítico, este nos proporciona autoconsciencia de igual manera seguridad para tener una postura flexible de la situación en la que estamos inmersos.

Puesto que el ser parte de una sociedad no quiere decir que tenemos que tolerar todo aquel acto de juicio y estigma hacia algún rasgo de nuestra personalidad, no obstante esto se consideraría un suicidio psicológico para nuestra identidad.

Fortalece esta capacidad que todos poseemos a través de la flexibilidad de pensamiento, la lógica y prestando atención al mundo que te rodea actualmente para no dejarte atropellar de las opiniones de los otros, de algo que te diferencia de los demás.

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